Por Felipe Vega Valdivieso
Desafíos del emprendimiento social híbrido en México
Hablar de emprendimiento social es hablar de innovación y transformación social, proceso que rompe la dicotomía valor social versus valor financiero. La empresa social es el lugar que ha sido creado por emprendedor social con la intención de resolver una problemática social o ambiental y que persigue una misión dual, es decir, genera valor social y económico subordinando al impacto social, para lo cual adopta mecanismos de mercado y herramientas empresariales que le permita alcanzar la sostenibilidad financiera y así, escalar su impacto.

Actualmente México se encuentra entre los países que lideran el escenario de inversión de empresas sociales, es por ello que cada vez son más los inversionistas que impulsan estos negocios, además de instituciones que promueven a empresas sociales a través de programas de aceleración y/o incubación, otorgando reconocimientos y apoyos especiales.
A pesar del notable crecimiento de este ecosistema en los últimos años, en la actualidad las empresas sociales en México se enfrentan a una cantidad importante de desafíos.
Desconocimiento de sus procesos y financiamiento
EL primer reto al que se enfrentan los emprendedores sociales en México es el financiamiento; pues como toda empresa, las empresas sociales requieren de recursos e inversión durante su proceso de creación y desarrollo.
A pesar de identificar una gran cantidad de fuentes de financiamiento externas especializadas para este este tipo de negocio, el emprendedor social mexicano se enfrenta a una serie de obstáculos que le impiden acceder a ellos, dentro de los más importantes destacan la falta de confianza, capacidad y desconocimiento de sus procesos administrativos y financieros, mismos que son de gran importancia para plantear de forma correcta sus proyectos a inversionistas e instituciones para obtener el apoyo y financiamiento necesario para su proyecto.
Según datos publicados en octubre del 2020 por disruptivo.tv luego de realizar su 1er censo de empresas sociales México 2019, muestran que el 53% de las empresas censadas reportaron haber recibido fondeo y financiamiento de las siguientes fuentes: Inversionistas ángeles, amigos y familiares, fondos de inversión, fondeo colectivo (crowdfunding) y aportaciones a fondo perdido, así mismo se observó que un 29% de las empresas censadas recibieron fondos de alguna institución gubernamental.
A pesar del considerable apoyo y financiamiento al que pueden acceder una gran parte de las empresas sociales en nuestro país; por otro lado, muchas de ellas se encuentran con una base económica débil, logrado con esfuerzo sostenerse a partir de sus propios ahorros y de donaciones. Debido al impacto social que generan estas empresas en nuestro país es necesario el aumento de instituciones, organismos y figuras que promuevan el crecimiento proactivo de las empresas sociales, permitiendo a los emprendedores contar con los conocimiento y recursos necesarios para crear bases sólidas en sus negocios con el fin de generar empresas sustentables.
Falta de estructuras legales
Hasta la fecha México no posee estructuras legales específicas que regulen a las empresas sociales, obligando a este tipo de emprendedores recurrir a esquemas híbridos y a realizar todo tipo de acrobacias legales. Esto ha generado una competencia desleal en el ecosistema, pues ante la ley las empresas sociales son consideradas iguales a una empresa con fines de lucro.
Es necesario que el ecosistema social mexicano genere estructuras legales que distingan a las empresas que generan ganancias y que su vez su principal objetivo es hacer una transformación social, propiciando con ello facilitar su creación y desarrollo, permitiéndoles además desenvolverse en un ambiente justo.
Marco fiscal
La falta de una estructura legal para estas empresas ha provocado un desequilibrio estructural en el ecosistema del emprendimiento social, ocasionando una división entre negocios y filantropía como dos mundos opuestos.
Derivando de esta visión, la regulación tributaria mexicana se enfoca en la idea de que las empresas con actividades económicas con fines de lucro antagonizan con las filantrópicas, generando que las empresas sociales operen bajo un marco legal difuso y provocando la exclusión a determinados tipos de financiamiento y a descuentos fiscales.
Tras reconocer el gran impacto positivo que genera el emprendimiento social, es necesario que nuestro país genere y cuente con políticas y lineamientos orientados a maximizar el desarrollo de este tipo de empresas, eliminando toda ambigüedad entre los modelos híbridos actuales e incentivar mecanismos que permitan a las empresas sociales mejorar su crecimiento y competitividad en el mercado, de tal manera que obtengan las condiciones necesarias para medir y de verificar el impacto social y ambiental positivo que generan.
Fuentes:
https://disruptivo.tv/wp-content/uploads/dlm_uploads/2020/10/DISRUPTIVO_Censo-2019.pdf