CORRUPCIÓN E IMPUNIDAD

Tráfico de influencias llevaría a Juan Carlos Díaz Carranza a una magistratura del TSJEO.

El hidalguense es hijo de Juan Diaz Pimentel, secretario de salud corrido por déspota, que no alcanzó a cobrar su primer quincena tras despido fulminante.

Sin el perfil necesario, pero con el aval de las influencias de su padre, Juan Díaz Pimentel, el notario público Juan Carlos Díaz Carranza aspira a una de las cinco magistraturas del Tribunal Superior de Justicia del Estado de Oaxaca (TSJEO).

El candidato no cuenta con una carrera judicial, ni ha ejercido como abogado litigante.

Tráfico de influencias, una serie de irregularidades se han convertido en la sombra de Díaz Carranza, quien no es Oaxaqueño, pero sí de Pachuca Hidalgo.

El también hijo del ex delegado del IMSS, Juan Díaz Pimentel, fue designado como notario público bajo una serie de “artimañas”.

Fue en el 2016 cuando obtuvo la patente al mismo tiempo de fungir como funcionario del Infonavit.

Un año después el organismo lo designó como notario colaborador, pero su fiat se encontraba impugnada por una serie de irregularidades en el proceso del otorgamiento al final del sexenio de Gabino Cué Monteagudo.

La situación generó que se interpusiera una serie de amparos contra las fiats otorgadas por el exgobernador entre ellas la de Díaz Carranza, toda vez que no existió convocatoria abierta, se falsearon documentos además hubo tráfico de influencias.

Juan Carlos Díaz Carranza, pretendió la titularidad de la Auditoría Superior del Estado de Puebla, pese a que es originario de Pachuca Hidalgo, sin embargo, debido a los requisitos que establecía el organismo no lo logró.

Y es que, para ser auditor superior del estado de Puebla, exhibió una constancia de residencia de más de 10 años en Cholula, pero trabajaba en la CDMX desde hacía 2 años, es decir, es un ser omnipresente.

Hoy es propuesto por el Gobernador, para ser Magistrado del Poder Judicial del Estado de Oaxaca, esto sin contar con el perfil tova vez que carece de una carrera judicial, ni ha ejercido como abogado litigante.

De este modo, se desdeña y menosprecia a verdaderos juristas con carrera en el Poder Judicial del Estado, quienes no obstante sus méritos académicos y experiencia en la impartición de justicia, ni siquiera fueron incluidos en las ternas que envió el Gobernador al Congreso del Estado.

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